El mayor bochorno del deporte olímpico o cómo perder seis oros por dopaje

Si hay dos deportes en el punto de mira del Comité Olímpico Internacional (COI) esos son la halterofilia y el boxeo. De hecho, el pasado 9 de diciembre se anunció que, al menos inicialmente, no están incluidos en el programa de los Juegos de Los Angeles 2028. Tampoco está el pentatlón, aunque por razones muy diferentes que tienen que ver con el maltrato animal.

El boxeo y su órgano rector, la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA), quedaron muy tocados tras el escándalo de amaño de combates en los Juegos de Río de 2016 y tiene complicado levantar cabeza porque en Tokio 2020 también hubo varios resultados muy cuestionables, algunos de ellos con púgiles españoles implicados.

Lo de la halterofilia es más sangrante aún porque hablamos de dopaje. Para el recuerdo, lo ocurrido con la categoría masculina de -94 kg en los Juegos de Londres 2012, en la que fueron cayendo como moscas en los reanálisis de sangre realizados durante los siguientes años hasta ocho competidores, incluidos los cuatro primeros clasificados.

Lo de la halterofilia es más sangrante aún porque hablamos de dopaje. Para el recuerdo, lo ocurrido con la categoría masculina de -94 kg en los Juegos de Londres 2012, en la que fueron cayendo como moscas en los reanálisis de sangre realizados durante los siguientes años hasta ocho competidores, incluidos los cuatro primeros clasificados

Para que se hagan una idea, el polaco Tomasz Zieliski, que inicialmente había sido noveno -es decir, ni diploma olímpico- con 385 kilos, acabó siendo bronce. El oro inicialmente había sido para el kazajo Ilya Ilyin con récord mundial incluido (418 kilos).

Ilyin es uno de los cinco halterófilos kazajos que han perdido por dopaje los seis de los siete oros ganados por su país entre Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016. En su caso son dos los metales dorados que han volado dado que en la capital británica defendía el título logrado cuatro años antes en China.

Un oro por delante de Lydia Valentín

También de Londres 2012 son las descalificaciones de las halterófilas Zulfiya Chinshanlo (-53 kg), Maiya Maneza (-63 kg) y Svetlana Podobedova (-75 kg). La vergonzosa lista la ha completado hoy Nijat Rahimov, oro en -77 kg en Río 2016. Se ha salvado de la quema Alla Vazhenina, oro en -75 kg en Pekín 2008 por delante de Lydia Valentín.

Rahimov, que ha sido sancionado ocho años, sorprendió en la capital carioca al chino Lu Xiaojun, que defendía el título de Londres 2012 y que se vio superado por el récord mundial del kazajo con 379 kilos. El pecado de Rahimov fue intercambiar muestras de orina con un atleta ‘limpio’ tres veces antes de los Juegos de Río, según ha dictaminado el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

El pasado verano en Tokio, Lu Xiaojun se convirtió en el campeón olímpico de halterofilia de mayor edad (37 años) al imponerse en la categoría de -81 kg. Ahora, tras la descalificación de Rahimov es apenas el quinto halterófilo con tres oros olímpicos y el primero de ellos que es asiático.

Un ‘milagro’ de 39 kilos

Rahimov, de 28 años, compitió inicialmente por Azerbaiyán, su país de nacimiento, y en 2013 ya fue suspendido dos años tras dar positivo en un control fuera de competición por oxandrolona y turinabol.

En los Juegos de Río, Rahimov levantó 39 kilos más que su anterior mejor registro (340 kilos) y 35 más que los logrados en cualquier competición en los años posteriores. Su última aparición fue en la Copa de Qatar en diciembre de 2019.

Pese a todos estos escándalos, Kazajistán no fue uno de los cuatro países (Egipto, Malasia, Rumanía y Tailandia) excluidos de los Juegos de Tokio por sus reiterados casos de dopaje.

De hecho, sí fue sancionado pero pudo presentar a dos halterófilos, uno por sexo, con excelentes resultados pues ambos fueron bronce. Igor Son en -61 kg y Zulfiya Chinshanlo en -55 kg.

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