Las primeras urgencias de Sainz y la radio de Alonso que pudo cambiar su suerte en Melbourne

Alonso, por delante de Bottas, el domingo en Albert Park.
Alonso, por delante de Bottas, el domingo en Albert Park.ALPINE F1

A ningún piloto le gusta asistir a la gran fiesta de su compañero, pero Carlos Sainz cumplió ayer con la profesionalidad que exigía el momento y posó junto a Charles Leclerc y el resto del equipo Ferrari. En mitad de esa burbujeante euforia, desde un discreto segundo plano, el madrileño seguía dando vueltas a su aciago fin de semana en Melbourne. “Debo ser duro conmigo mismo. Cometí un error”, admitió sin ambages, en referencia al trompo que le costó su primer abandono tras 31 carreras consecutivas alcanzando la meta. El fin a la racha más larga de toda la parrilla.

Desde el arranque del Mundial, Sainz ha hablado con claridad sobre su sufrimiento al volante del SF-75, con el que no termina de lucir esa suavidad que le hizo merecedor del apodo de smooth operator. Durante tres carreras ha intentado meter en vereda un coche al que Leclerc ya consigue extraer todo su potencial. Tras sufrir en exceso con el neumático blando en Bahrein y Arabia Saudí, Carlos sí se sintió más cómodo este fin de semana, pero la cadena de errores, iniciada por su equipo el sábado, terminó por pasarle factura. “Hay que ser más perfectos”, reconoció ayer, mientras maldecía por dentro su error de cálculo con unas gomas demasiado frías.

Marcharse de vacío de Australia supone un paso atrás para Sainz, completamente ajeno al rol de simple escudero de Leclerc. De su ambición y su rechazo a cualquier conformismo son más que conscientes en el garaje de Mattia Binotto. “Mi esperanza es que vuelva a lo más alto y veamos a un Carlos muy fuerte, que sepa llevar a Charles al límite a partir de la próxima carrera”, aclaró ayer el jefe de Ferrari. Sin embargo, también fue Binotto quien puso en duda la versión del español sobre el fallo en la configuración del volante que le había dejado clavado en la salida. Si quiere convencer a todos ahí dentro, Sainz debe reaccionar de forma urgente.

IRRESISTIBLE LECLERC

Dentro de dos semanas, decenas de miles de tifosi paralizarán Imola, con la esperanza de no despertar nunca de este sueño. Los números de Leclerc, con el 91% de puntos en su casillero, sólo palidecen ante el pleno de victorias de Michael Schumacher en 2004. Y no sólo eso. Sus 34 puntos de ventaja ante George Russell representan ya una diferencia que nadie manejó durante el pasado campeonato. Desde hace una década, ningún piloto de Ferrari había liderado el Mundial por más diferencia de la que representa una victoria. Y para remontarse al último Grand Chelem, como el de ayer de Leclerc en Albert Park -con pole, vuelta rápida y victoria liderando desde la salida hasta la bandera a cuadros- hay que retroceder hasta el GP de Singapur 2010. El protagonista de ambos éxito se llamaba Fernando Alonso.

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