Londres. Cinco días después de su eliminación en cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid, el Chelsea pudo consolarse en cierta medida sellando su pase a la final de la Copa de Inglaterra, tras superar 2-0 al Crystal Palace, este domingo en su semifinal.
Los hombres de Thomas Tuchel tuvieron que esperar a la segunda mitad para conseguir el triunfo, con los tantos de Ruben Loftus-Cheek al minuto 65 y Mason Mount al 75.
Se ganaron así el derecho a enfrentarse el 14 de mayo en la final de Wembley al Liverpool, que ganó 3-2 al Manchester City en la semifinal disputada el sábado.
Ese duelo será una reedición de la otra final copera de esta temporada en Inglaterra, la que disputaron esos dos mismos equipos a finales de febrero en la Copa de Inglaterra.
Entonces el partido terminó con empate 0-0 y el Liverpool se llevó el título en la tanda de penales (11-10).
El Chelsea aspirará a su noveno título en la FA Cup, tras haber logrado el último en 2018, mientras que el Liverpool buscará el octavo y no levanta ese trofeo desde 2006.
El Chelsea ganó 3-2 el martes de esta semana en el Santiago Bernabéu de Madrid y estuvo cerca de pasar a semifinales de la Champions, pero terminó pagando en la capital española, en la prórroga, la derrota 3-1 que había sufrido en la ida en Stamford Bridge.
Quedaba por ver cómo había digerido el equipo del sur de Londres esa eliminación y los Blues, que jugaron de amarillo en esta ocasión, respondieron con profesionalidad y eficacia.
En la Premier League, el Chelsea es tercero pero descolgado de la lucha por el título, por lo que la FA Cup se presenta como su ocasión de terminar el curso con un título, que sumaría a los logrados a lo largo de la temporada en la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes de la FIFA.
Paciencia recompensada
Después de los 120 minutos que el Chelsea tuvo que jugar el martes en Madrid, Tuchel apenas hizo tres cambios en su once respecto a los que comenzaron en el Bernabéu, dejando especialmente a Thiago Silva y N’Golo Kanté en el banquillo.
Desconfiando del Crystal Palace, que en la Premier League es apenas decimotercero, Tuchel demostró que se tomaba el partido muy en serio, pese a que el rival no podía contar por ejemplo con Conor Gallagher, su gran animador del centro del campo, que tiene contrato con el Chelsea y no podía ser alineado para este enfrentamiento por una cláusula de su contrato de cesión.
El Crystal Palace puso a prueba los reflejos del arquero rival, Edouard Mendy, en varias fases del partido, como ocurrió con el defensa Cheikhou Kouyaté, que lo intentó con un rechace en el 36 y con un remate de cabeza en un saque de esquina en el 60.
El Chelsea no perdió los nervios y poco a poco fue llegando a los dominios de su contrincante.
El primer gol llegó en el 65, cuando un centro de Kai Havertz fue mal despejado por la defensa del Crystal Palace y el balón fue para Loftus-Cheek, que no desaprovechó esa ocasión.
Diez minutos más tarde, Mason Mount puso el segundo al minuto 75, a centro de Timo Werner y engañando con un remate desde cerca al arquero Jack Butland.
En la parte final del partido, el belga Romelu Lukaku, que había comenzado como suplente, envió al palo al 90.
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