Carlos Alcaraz vence a Djokovic para convertirse en el finalista más joven de Madrid

El joven español ha vencido a Nadal y a Nole de forma consecutiva

El heredero. Carlos Alcaraz se ha convertido en un histórico al ser el tenista más joven en llegar a la final del Mutua Madrid Open tras vencer en fila a Rafael Nadal y Novak Djokovic, a este último por 6-7(5), 7-5 y 7-6(5), en tres horas y 35 minutos.

Alcaraz ha hecho historia este sábado en Madrid y ante su público al convertirse en el jugador más joven (19 años y 2 días) en ganar a Nadal y Djokovic y el primero en conseguirlo sobre la tierra. Además, se ha convertido hoy en el vigésimo miembro capaz de derrotar a todo un número uno mundial y el octavo que dobla la resistencia de Djokovic.

En 2005, Nadal, con 19 años y 5 meses, había establecido el récord de jugador más joven en una final del Mutua Madrid Open. Carlitos ha borrado esa marca, la penúltima de las muchas más que va a borrar.

Alcaraz salió vendado en su tobillo derecho y con un kinesiotape por encima que le sobresalía en la pierna. Las secuelas de la caída en los cuartos con Nadal estaban ahí.

No tenía la misma confianza en los apoyos y así lo reflejaba su lenguaje corporal. Su potencial tapaba las molestias con un ‘break’ en el juego inicial que le permitió ir por delante en el marcador hasta el 4-4.

Djokovic tenía en su cabeza la confianza que le había dado el entrenamiento del lunes con el mismo adversario, al que había vencido por 6-1. En el ‘tie break’, el serbio se adelantó por 6-2. Carlitos le puso el miedo en el cuerpo con un 6-5 después de una dejada de revés sólo en la mano de un elegido. La gente enloquecía porque estaba haciendo magia, aunque no pudo certificar la remontada.

El murciano se fabricó una bola de ‘break’ en el sexto juego del segundo set que podía meterle de nuevo en el partido. Lo hizo con una dejada que murió en la arena. ‘Nole’ se puso entonces en modo frontón. No concedía un solo error no forzado.

Alcaraz era el tenista que más ‘top10’ había superado en este curso con seis. Djokovic tuvo la sentencia con 4-4 y bola de rotura. El joven español la salvó y evidenció la comunión con la grada. “Sí se puede, sí se puede“, se escuchaba en todo el barrio de San Fermín.

El balcánico volvió a la carga en el undécimo asalto. Cayó de nuevo en la trampa de la dejada. Su rival se había asegurado otro ‘tie break’. Alcaraz llegaba mejor al tramo decisivo más fresco y a su adversario se le aparecían los fantasmas de los partidos a tres sets. Carlos tuvo cerca la final si hubiera aprovechado alguna de las tres opciones de 3-1 y saque en la manga de desempate.

Nole sufría en cada uno de sus saques, pero se mantenía en pie por los galones adquiridos a lo largo de su trayectoria profesional. El murciano tuvo pelota de final, con 5-4, gracias a una derecha ganadora con el brazo de Thor. Después llegó un servicio directo del mejor tenista del planeta. Cada vez que Djokovic estaba en problemas aparecía su saque y desafiaba después a la grada.

El cara o cruz del ‘tie break’ iba a decidir el vencedor. Un partido así merecía no acabar nunca. Terminó con un tiro ganador de la estrella del futuro y del presente.

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