Brasileño Mané Garrincha estuvo a punto de quedarse sin ir al Mundial de Suecia 1958

El psicólogo de la Selección de Brasil le recomendó al entrenador que el habilidoso extremo no asistiera a la Copa del Mundo, ya que tenía un bajo nivel intelectual.

A lo largo de la historia, el balompié brasileño se ha encargado de producir grandes futbolistas que han marcado una época en el fútbol o que fueron claves para que la Selección de Brasil haya obtenido su títulos de Copa del Mundo. Uno de estos elementos es Manuel Francisco dos Santos, mejor conocido como Garrincha o Mané Garrincha, quien fue parte del Mundial de Suecia 1958.

A pesar de que el nacido en Río de Janeiro era uno de los jugadores más importantes para el ‘Scratch de Ouro’ en aquellos momentos, la realidad es que estuvo a punto de perderse la máxima fiesta de este deporte en donde su país consiguió ganar el campeonato por primera vez, en donde estuvo acompañado de nombres como Pelé, Zagallo o Vavá.

Mané Garrincha no era un futbolista como cualquier otro y es que tenía algunas características físicas que llamaban poderosamente la atención. El hombre que debutara con el Botafogo, pero pasara por equipos como Corinthians o Flamengo, tenía sus pies girados 80 grados hacia adentro, su pierna derecha medía 6 centímetros menos que la izquierda y su columna vertebral estaba chueca, por lo que era apodado ‘El Ángel de las Piernas Torcidas’.

El momento más sorprendente es que para la justa mundialista de Suecia 1958, Garrincha estuvo muy cerca de quedar fuera, pero no por condiciones futbolísticas, sino porque el psicólogo que contrató la selección brasileña, João Carvalhais, le recomendó al director técnico Vicente Feola que no lo convocara porque tenía un bajo nivel intelectual.

 

El especialista mental específicamente hizo saber que el habilidoso atacante tenía “botellas en lugar de sesos”, algo que resultaba contraproducente para las aspiraciones de la ‘Verde-amarela’ y por lo que sus compañeros de equipo, Nilton Santos y Didí, tomaron la decisión de hablar con el psicólogo para que desistiera respecto al tema; su argumento fue “Doctor, Garrincha sabe jugar fútbol”.

Una de las anécdotas posteriores es que Mané Garrincha tuvo una experiencia en el balompié francés con el Red Stars Paris entre 1971-1972, en donde tuvo la oportunidad de comprar un radio transistor en un precio bastante elevado, pero ignoraba que las únicas estaciones que podría escuchar serían las de aquel país. Tras mostrarse decepcionado por esto, terminó vendiéndole el aparato al masajista del club pero a un precio mucho menor.

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