La hechicería, punto central del caso Paul Pogba, mantiene nexos con el fútbol francés por años

Si alguna vez llegan a visitar Roissy-en-Brie, una pequeña comunidad ubicada en los suburbios orientales de París, allí todos conocen a Ibrahim, o por su apodo “Grande”. Su fama ha crecido mucho más desde que su nombre no deja de aparecer en las noticias en Francia.

Ibrahim es un hechicero, o “morabito” como se les llama en Francia. Afirma ser capaz de lanzar una maldición, acabar con una maldición, traer suerte y éxito o hacer la vida miserable para cualquiera. Como tal, es conocido en la comunidad africana de los alrededores de París como uno de los mejores en su oficio. Mucha gente no cree en ello; pero en la cultura africana en la que fueron criados Paul Pogba y muchos otros futbolistas, los hechiceros como Grande son populares, influyentes y se mantienen en alta demanda.

Asimismo, el fútbol francés se ha visto vinculado con la hechicería a través de su historia; sin embargo, no siempre en las circunstancias tan negativas que actualmente rodean a la familia Pogba.

En una serie de nuevos videos publicados en sus cuentas en redes sociales, Mathias Pogba, que actualmente se encuentra bajo arresto luego de ser formalmente acusado de intentar extorsionar a su hermano Paul, acusa a su hermano de pagar “más de €4 millones” por los servicios de Ibrahim desde 2015. Asimismo, afirma que el defensa del Nottingham Forest Serge Aurier y el ex internacional francés Alou Diarra fueron quienes le presentaron a Grande al actual jugador de la Juventus. Ambos jugadores niegan que éste fuera el caso cuando fueron consultados por ESPN.

Sin embargo, Mathias afirma que Paul le pidió a Grande que le evitara sufrir lesiones para ayudar a la selección de Francia a ganar el Mundial de Rusia 2018, neutralizar al jugador del PSG Kylian Mbappé en la vuelta de cuartos de final de la edición 2019 Champions League disputada en el Parc des Princes (el Manchester United clasificó por gol de visitante luego de imponerse 3-1) y así hacer que el United pasara de ronda, al igual que otras tantas peticiones menores.

Pogba expresó a la policía que sólo consultó a Grande para que hiciera buenos favores con respecto a algunas obras benéficas en África. Asimismo, Pogba admitió que su hermano y algunos amigos de infancia le extorsionaron con respecto a su relación con Grande. La investigación halló este mensaje de WhatsApp enviado por Mathias a Paul, según la información del diario Le Parisien: “Oye, es algo muy simple. Ahora, les transfieres la plata [Se le pidió a Pogba que pagara €13 millones] que te pidieron. De lo contrario, llamo al papá de Mbappé y a todos los medios del mundo y cuento todas las historias… ¡Con Grande, lo tengo todo!”

La práctica de la hechicería puede parecer inusual para los lectores en Inglaterra o Estados Unidos; sin embargo, es común en Francia. Múltiples selecciones, clubes, presidentes y hasta jugadores la han utilizado, o intentado utilizar. Algunos siguen utilizándola.

Las historias más famosas con respecto al uso de la hechicería en el fútbol francés tienen que ver con el Paris Saint-Germain en 1997 y la selección de Senegal en el Mundial de 2002. Los Leones de Terenga contrataron a Ngoy Lingueul Mbayé como su hechicero oficial para el torneo. Bruno Metsu, el técnico francés del seleccionado senegalés, estaba muy acostumbrado a la cultura africana considerando su larga experiencia como entrenador dentro del continente. Sin embargo, no estaba convencido de que la ayuda espiritual sirviera de mucho. “Quizás dos o tres [jugadores] son susceptibles a esa clase de cosas, pero el resto lo trata como un chiste… [si hubiese sido efectivo] habríamos ganado la Copa Africana de Naciones y el Mundial hace siglos”.

No obstante, Senegal clasificó a cuartos de final (siendo la segunda nación africana en llegar tan lejos en la Copa del Mundo desde Camerún en 1994, con Ghana igualando la hazaña en 2010), imponiéndose a la campeona defensora Francia en el partido inaugural para escribir una de las páginas más hermosas de la historia de los Mundiales.

El volante francés Emmanuel Petit creía más en la hechicería que Metsu. Eso quedó en evidencia cuando contó una historia a la cadena radial RMC Sports sobre aquel Mundial, cuando reflexionaba sobre su derrota 1-0 varios años después: “Un año antes del Mundial de 2002, estaba en una playa en Francia y me encontré con un buhonero senegalés. Se me acercó y dijo: ‘Mira, el Mundial que jugarán en 12 meses, Francia se enfrentará a Senegal y Senegal ganará 1-0, porque nuestros hechiceros en Senegal son muy fuertes. Ya verás'”.

“No estaba muy seguro de ello hasta que ocurrió de verdad un año después”.

El uso de la hechicería por parte del PSG en 1997 es igualmente memorable. Acababan de perder la idea de la segunda ronda clasificatoria de la Champions contra el Steaua de Bucarest por forfeit (3-0) luego de haber puesto en la cancha a un jugador inelegible (Laurent Fornier). Michel Denisot, quien era presidente del PSG en aquel entonces, estaba tan desesperado de que su club llegara a fase de grupos que se puso en contacto con Sidi, otro hechicero famoso, pidiéndole ayuda.

Luego de algunas consultas, por las que pagó €200 cada una, Sidi siguió diciéndole a Denisot que no podía predecir lo que sucedería en el partido de vuelta. Luego, dos días antes del encuentro, Sidi le dijo a Denisot: “Ganarán 5-0, es una certeza, ahora puedo ver todo el partido. El cuarto gol será marcado por el número 18 en el minuto 41”. El PSG clasificó imponiéndose 5-0 en frente de un ambiente electrizante en el Parc des Princes. Florian Maurice, que vestía el dorsal 18, marcó el cuarto gol en el minuto 40.

Denisot buscó los servicios de Sidi muchas veces después de ese encuentro, incluyendo cuando estaba a cargo de otro club (LB Chateauroux) de tercera división que se hizo famoso por su clasificación a la final de la Copa de Francia en 2003-04. El Chateauroux venció al titan de la Ligue 1 AS Monaco antes de caer 1-0 ante el PSG en la final.

Denisot escribió en “Breves de vies“, sus memorias publicadas en 2014: “Seguí utilizando los talentos de mi morabito, incluyendo una vez para el club de Chateauroux, el año en el que llegaron a jugar la final de la Copa de Francia. Hasta que se equivocó un poco en su último pronóstico. Volví a depender de parámetros lógicos y directamente controlables”.

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