Tras alcanzar la final en el Mundial de 1974, Holanda salió en busca de lo gloria cuatro años más tarde y lo que consiguieron, fue un estatus de leyenda.
La historia suele premiar a los ganadores y olvidar a los perdedores, pero en ciertas ocasiones, el equipo subcampeón no se lleva la copa, sino algo mucho más valioso: La admiración y el respeto de cada aficionado en el mundo y en la historia del balompié. La selección holandesa que participó en el Mundial de Argentina 1978, se transformó en algo más que un finalista como cualquier otro en los mundiales y en cambió, se convirtió en el padre del fútbol total.
El equipo de los países bajos ya había presentado su revolución del balompié durante la Copa del Mundo de Alemania en 1974. En aquella edición, un grupo de jugadores comandado por el legendario Johan Cruyff, avanzó sobre rivales como Suecia, Bulgaria, Uruguay, Brasil, Argentina y la Alemania Democrática. Cada partido era una lección de fútbol total, con un equipo que se movía en conjunto y generaba oportunidades gracias a su juego colectivo, en lugar de depender de sus individualidades.
Sin posiciones fijas, con gran técnica individual, con un genio como Cruyff en el campo y con la generosidad de todos su jugadores sobre el terreno de juego, Holanda se convirtió en la Naranja Mecánica y alcanzó la final contra la Alemania Federal; sin embargo, Gerd Müller le quitó el sueño a los holandeses. El equipo sensación cayó, pero el fútbol no volvería ser el mismo. Cuatro años más tarde, Cruyff lo volvió a intentar, pero ahora en suelo argentino, poniendo el segundo capitulo de un equipo histórico.
Una vez más, la Naranja Mecánica alcanzó la definición del torneo tras sufrir en el grupo 4 con Perú, Escocia e Irán. En la segunda fase, lució más solida contra las selecciones de Italia, Austria y Alemania Federal , para finalmente encontrarse con el equipo anfitrión en la gran final. Cruyff seguía siendo el líder y jugador más importante de aquella selección que sufrió algunos cambios en lo que se refiere a nombres, pero mantuvo su esencia en todo momento, causando emoción en las gradas por segundo Mundial consecutivo.
Tal y como ocurrió en su primer intento, Holanda se quedó corto en la definición. A pesar de obligar a los tiempos extras con un gol en los minutos finales, Argentina encontró la forma de llevarse el encuentro durante el alargue. Así, uno de los mejores equipos que ha pisado una cancha de fútbol, sufrió dos derrotas, pero ganó la batalla por permanecer en la historia.
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