El curioso caso de Croacia, ¿la nueva Uruguay?

El país balcánico, de aproximadamente 3.9 millones de personas, ha conseguido competir constantemente con Copas del Mundo. Luka Modric intentó explicarlo.

Siempre fue motivo de orgullo (y de estudio) cómo es que un país de tres millones de habitantes, un enclave sudamericano rodeado de dos gigantes geográficos, fuera un exportador premieum de futbolistas de élite y, por ende, una factoría de una selección nacional tradicionalmente competitiva y ocasionalmente ganadora. La tesis es extrapolable a Croacia, a la Croacia de Modric, Rakitic, Perisic, Mandzukic. A la Croacia de Suker, Boban, Prosinecki, Asanovic. La Croacia de Francia ‘98. La Croacia de Rusia 2018. La Croacia de la plata y el bronce. La Croacia de Dalic, cuartofinalista, ahora, de Qatar 2022.

En Croacia hay 3.9 millones de personas, una liga muy alejada del top 10 en el coeficiente de la UEFA (18°, con 25.400 puntos, por debajo de las competiciones domésticas de Austria, Noruega y Ucrania, por ejemplo), y poco más de 120,000 jugadores registrados ante la federación local. Y mucho talento, describe Luka Modric. Una perpetua tensión competitiva poco comparable con las de naciones de un volumen poblacional similar. “Creo que Croacia destaca no solo en el fútbol, sino en otros deportes. Somos una nación muy talentosa. La gente nos reconoce por la calidad de nuestros jugadores y equipos. No hay una explicación. Nos encanta el deporte, somos una nación talentosa por naturaleza. Nuestros equipos son buenos. Se trabaja bien con los niños, se les entrena. Se hace un gran trabajo”, desarrolló en conferencia de prensa en el Main Media Center quien fuera el Balón de Oro de 2018, el líder histórico del fútbol croata, la insignia de esta peculiaridad futbolística.

 

“Croacia probó una vez más que los maestros del fútbol ‘andante’. Ningún otro equipo tiene tal falta de ritmo tan marcada, pero invariablemente se cercioran de que eso no importe”, escribió Nick Ames en The Guardian tras la victoria en penaltis de los balcánicos sobre Japón en octavos de final de la Copa del Mundo de Qatar. Al talento nato que exalta Modric hay que añadir el ingrediente secreto: el dominio de una forma de entender el juego. “Croacia tiene la confianza de que, no importa qué tan laborioso y largo sea el proceso, los eventos resultarán de su agrado. Croacia tiene la costumbre de agotarte mientras te deja felizmente inconsciente en el proceso: aquí su facilidad técnica y física produjo un efecto de adormecimiento, un acuerdo tácito de que así es como son siempre las cosas”, siguió Ames, explicando cómo es que, una vez más, los Vatreni se han instalado entre los ocho finalistas de una Copa del Mundo pese a todo pronóstico.

Las estadísticas validan la postura de Ames. De acuerdo al reporte del Equipo Técnico de Desarrollo de FIFA, encabezado por Arsène Wenger, Croacia fue el 18° equipo con más en tiros en la fase de grupos (30), y el 11° en distancia recorrida por partido (una media de 115 km). El promedio de pases por cotejo es de 527.8 y de intentos de profundización, 156.5, según datos de la FIFA Football Data Platform. Ni la escuadra más ágil, ni la que mejor ocupa la cancha, ni la que más rompe líneas. Pero sí una que logra los resultados. Con todo y solo 3.9 millones de croatas. Porque eso también es talento.

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