Chivas amanece entre los cuatro mejores del torneo, su mejor versión le dio para poner a tambalear el puesto de Rafa Puente en el Pedregal
Guadalajara pintó Ciudad Universitaria de rojiblanco. No sólo por el poder de convocatoria que tuvo en el inmueble felino, también por la superioridad marcada por 80 minutos. El Rebaño, con nervio al final, se llevó el triunfo de la capital, 1-2 final.
Cuando un equipo anda de racha, se nota. Chivas, con cuatro partidos sin perder, supo aprovecharse de unos Pumas que tardaron en reaccionar y no sacan las garras desde la jornada tres. La pelota siempre se inclinó del lado visitante, la muestra del momento de cada uno fue el primer gol. La desconcentración de Palermo Ortiz fue clara. El tema legal o simplemente un centro muy alto, techó al estelar central auriazul. Sin espacio para el error, Daniel Ríos confirmó lo correcto del momento tapatío con un remate mal efectuado, el cabezazo que intentó ni siquiera tuvo dirección de portería, fue la rodilla del propio 9 tapatío la encargada de vencer a Sosa.
La capacidad de reacción local fue gracias a su gente. La grada impulsó a Eduardo Salvio a encarar al ex felino Alan Mozo. El Toto fue constante, quiso el protagonismo que el dorsal 10 le exige. El regate del argentino lo plantó frente al Wacho Jiménez, quien con una estirada salvadora, evitó la paridad.
El segundo del Rebaño no tardó. Un córner del Pocho Guzmán evidenció la marcación por zona. Diogo no llegó ni con su 1,93 y Dinenno, encargado del primer poste, se perdió en la marca. El testarazo del Charal Cisneros llegó, Sosa dejó una pequeña rendija y fue por ella donde el balón pasó para besar la red.
Paunovic se sentó tras el segundo, mientras observaba atento a un Puente Jr. que hacía ademanes para hacer reaccionar a su fiera. El descanso llegó con abucheos para los locales.
El DT universitario movió sus piezas. Alek Álvarez tuvo minutos y fue víctima de un Mozo inspirado por los abucheos en una jugada individual. El Ole apareció en la grada, cuando Dinenno tuvo la más clara. Diogo lo dejó solito frente a Jiménez, el Comandante bajó de rango y la tiró al tartán. ¡Qué pena!
¡Chivas, Chivas! Retumbó en todo CU. El juego cayó ritmo por culpa del Rebaño. El 2-0 pareció ser sentencia, pero Dinenno se redimió de su falla, cabeceó para volver a la vida al Olímpico México 68. José de Jesús Baños levantó su bandera, la gente apretó al silbante con todo, mientras el VAR le dio la razón y concedió la anotación.
La caldera felina cantó con todo el espíritu. Pumas no tuvo el futbol que su gente pidió con el reloj agonizando y un conato de bronca que le costó la roja a Diogo. No hubo más, Chivas amanece entre los cuatro mejores del torneo, su mejor versión le dio para poner a tambalear el puesto de Rafa Puente en el Pedregal.
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