Garbajosa: “Tengo vértigo, sí, pero es que a mí me gusta el vértigo”

Jorge Garbajosa luchará con el francés Jean-Pierre Siutat (64 años) el 20 de mayo por convertirse en el primer presidente español de la historia en FIBA Europa.

A sus 45 años, y después de siete como presidente de la FEB, Jorge Garbajosa luchará con el francés Jean-Pierre Siutat (64 años) el 20 de mayo por convertirse en el primer presidente español de la historia en FIBA Europa. En AS explica el porqué del paso. El presidente de la FEB ya ha formalizado su candidatura.

¿Por qué FIBA Europa y por qué ahora?

Hay una razón personal y una razón más global. La personal es que si alguien se para un segundo a revisar mi carrera, es algo que he hecho toda mi vida: afrontar un reto. Tengo la sensación después de diez años, casi once en la FEB, y siete como presidente, de que el reto está cumplido. Me he dejado el alma. Le he dado a la FEB todo lo que tengo y más. Con muchos errores seguro, y espero que algún acierto. Aquí todavía hay muchas cosas por hacer, mejorar y cuidar, pero yo ya me he vaciado. He sacrificado muchísimas cosas. Estoy encantado de hacerlo porque me ha devuelto momentos irrepetibles, pero tengo la sensación de que el cuerpo me pide un paso más, me pide ir más allá. Hemos colocado el baloncesto español donde merecía estar, donde no estaba y ahora está; y ahora el cuerpo me pide afrontar otro reto.

¿Y la razón global?

Creo que FIBA Europa necesita un impulso de la presidencia. Creo que tiene un enorme secretario general y un equipo de empleados brillante, pero desde la presidencia hace falta más energía. Buscar recursos, mejorar las competiciones. Un punto de alguien nuevo, joven y con bastante experiencia a la vez, y con la mochila vacía para afrontar retos. El baloncesto en Europa se puede mejorar pero necesita un nuevo impulso. Además, Europa ha sido el principal motor del baloncesto en el mundo. Y si no hemos perdido ese liderazgo, estamos en riesgo de perderlo. Y creo que es necesario hacerlo.

Usted siempre ha dicho que no se quería hacer eterno en el cargo, pero es el año del Centenario de la FEB. ¿No ha pensado que podía ser inoportuno o que se lo iba a perder?

Pues quizá precisamente por eso. Lo de no querer eternizarme en el cargo lo tengo claro desde el primer día. Ahora que ha estado de moda con la Ley del Deporte el tema de la limitación de mandatos, yo los tengo limitados. Creo que está bien que no haya una limitación de mandatos por ley porque cada asamblea es soberana, pero yo no soy sospechoso de eso. Y como entiendo la profesión y mi vida, estar en un sitio por estar no lo he hecho en mi vida. Aquí me entrego con pasión pero esto, por puro agotamiento, no es sostenible muchos años. Y no es sólo físico, sino también de ideas. El programa Centenario lo conceptualicé y lo compartí con mi gente hace tres años. Y he trabajado a lo bestia en ello. Pero tengo la sensación de que una vez lleguemos al Centenario, pues con toda la humildad del mundo, hay que dar un paso. Somos el número uno del ranking FIBA, somos campeones del mundo, de Europa, los primeros de Europa en el ranking femenino, hemos puesto en marcha la Liga de 3×3, hemos batido récords en formación, la ACB es la mejor Liga de Europa y la segunda del mundo, la Liga Endesa femenina es la mejor liga de Europa de largo… Debe venir alguien con nuevas ideas y energías. Y nada me haría más ilusión, si soy presidente de FIBA Europa, que ver desde allí que el baloncesto español es mejor que como yo lo dejé.

“El conflicto con la Euroliga no es irreconducible”

Jorge Garbajosa

Es un trabajo completamente distinto al que ha tenido en la FIBA. El prisma se abre y la mirada es distinta. ¿Ya sabe qué le espera?

Hay una gobernanza que hay que respetar y eso es sagrado. Pero hay que ser creativos. Cuando hablaba al principio de nueva energía, hay una cosa clave y me lo dijo un presidente hace muchos años. Un presidente, más que hacer, tiene que estar. ¿Qué quiere decir esto? En un región tan heterogénea como Europa, los objetivos de cada federación deben ser importantes. Y mucho más importante para mí es estar en los países en desarrollo baloncestístico. Y la única manera de entender qué problemas tienen es ir a su casa, pasar tiempo con ellos. Que encuentren una situación de confort en el que puedan explicar qué necesitan de FIBA Europa, que tiene que ser una institución al servicio de sus federaciones nacionales. Si una federación tiene un problema, es su problema. Si dos tienen un problema, es de FIBA Europa. FIBA Europa debe estar unida en torno a un programa común, todo el mundo tiene que estar en el mismo barco. Es lo que hice en la FEB en mis dos primeros años, traer a las autonómicas, a la ACB, a un barco común. Y eso sólo lo consigues siendo útil. Antonio Martín y yo dijimos que en España sólo hay un baloncesto y eso me lo llevo a FIBA.

Porque, para quien no conozca en profundidad el baloncesto, FIBA Europa y FIBA mundo llevan tiempo con tiranteces. ¿Será uno de los objetivos de su mandato?

Tiene que haber tiranteces ejecutivas. Lo que no me gustan son las tiranteces políticas, o las antiguas. No me importa lo que pasó en 1997, me importa lo que pase en 2023 en adelante. Europa tiene que recuperar el liderazgo. Pero no sólo deportivo, que lo tenemos porque están España, Francia, Grecia, Polonia… Pero a nivel de consecución de recursos y organización de grandes campeonatos hay que ser líder y tengo la sensación de que el último Mundial fue en China, las pruebas de World Tour están localizadas en Oriente Medio porque tienen una capacidad económica alta… Europa tiene que volver a ser líder en la mesa de FIBA.

¿Qué se puede llevar del disco duro de la FEB?

Hay muchas cosas aplicables. Si es un rol político, algo de lo que me siento orgulloso es haber restablecido una cara amable en el baloncesto. El aficionado no te puede ver con el emoji de enfado. El baloncesto tiene que ser una cosa familiar, agradable. Que el fan que se aproxime se sienta abrazado, por decirlo de una forma naif. Ahora mismo, el baloncesto español tiene muy buena relación con los agentes que le rodean. Eso no quiere decir ser un sí a todo, tragar con lo que te digan. Pero estamos en todos los órganos de gobierno, tenemos buena relación con otras instituciones. Luego defenderemos nuestros derechos pero Europa necesita eso. Ser una federación colaborativa.

¿Como presidente de FIBA Europa se puede reconducir la relación con la Euroliga o eso ya atravesó una línea y no volverá?

Creo que no es irreconducible. Creo que es un asunto solucionable. ¿Fácil? No, porque de lo contrario no llevaríamos más de 20 años batallando con ello, pero hay un cambio en el organigrama de Euroliga y, veremos, pero creo que puede ser positivo. Algo que me gusta mucho, y que tenemos que hacer es proteger nuestras competiciones. Hemos vivido seguramente el mejor Eurobasket de la historia, y no sólo en la cancha, sino por el trabajo que hicieron Alemania, Italia, Georgia o Chequia. Y la BCL es una gran competición, y atractiva para los clubes. Con eso en un lado, si además tendemos una mano política, siempre respetando la línea roja de algo irrenunciable como es la defensa de las selecciones nacionales y las ligas domésticas, se puede hablar de casi todo. No veo un problema en el calendario tan grande como el que se nos ha sobrevenido. Si se respetan las Ventanas y las ligas domésticas clasifican para la Euroliga, se avanzaría en la solución. Y también hay que ser flexible, acercarse a la Euroliga para ver por qué toman ciertas decisiones. ¿Qué requiere eso? Conocernos, exponer, discutir y hablar. Es un problema que no sólo afecta a Europa. Llega a África y América y Europa tiene la obligación y solucionarlo en beneficio de todos.

Ha sido un defensor de las Ventanas. ¿Deben mejorarse o están funcionando como se esperaba?

Creo que las Ventanas, que empiezan en 2017, como todo, necesitan una revisión. Como la LEB Plata, por ejemplo. Pero un análisis serio. En los principios, las Ventanas son un éxito. Y lo dice alguien que después de ser campeón del mundo ha tenido que volver a jugar para clasificarse. O Argentina, que después de subcampeona del mundo, se ha quedado fuera del Mundial. Hay países que no son eminentemente organizadores y que no pueden llevar un Mundial o un Eurobasket. Y creo que es un impulso grande que sí pueden llevar partidos. Y para los países organizadores, nos ha permitido llevar la Selección nacional a ciudades no habituales. Hemos estado en Cáceres, Jaén, Huelva, Córdoba… Creo que es un buen producto a nivel de audiencias, de asistencia a los pabellones. Como federación nacional lo verías más sencillo si la clasificación fuera más fácil, pero como visión del baloncesto es un gran producto. ¿Qué necesita una revisión? Seguro. Pero es un producto de éxito.

Si sale elegido presidente de FIBA Europa en mayo, tendrá que dimitir como presidente de la FEB. ¿Cómo se queda la casa?

Lo que quiero es dejar las manos libres al que venga o a la que venga. Me explico. Dejarla con un programa deportivo en marcha, dejarla con una estabilidad económica garantizada. Y yo no soy intervencionista. Los que me conocéis lo podéis decir. No voy a estar diciendo desde lejos si algo se está haciendo bien o mal, si lo puse yo en marcha o no… Si gano las elecciones y me voy de la FEB, lo haré satisfecho. Me apetecería que a la FEB viniese alguien con la ilusión por bandera y que viviese esto 24 horas al día y siete días a la semana. Nada me haría más feliz que ganar las elecciones y ver desde allí que el baloncesto español está mejor que ahora.

“Las Ventanas, como todo, necesitan una revisión”

Jorge Garbajosa

El nombre de Elisa Aguilar está en las quinielas. ¿Es la persona adecuada para ser la nueva y primera presidenta de la FEB?

Lo primero es que Elisa no ha dicho todavía que se vaya a presentar ni que sea candidata. Y esa decisión le incumbe sólo a ella. Tengo el privilegio de haber trabajado diez años con ella y tiene unos valores que admiro muchísimo como persona. Probablemente una buena persona pueda ser una buena presidenta. Es la encargada del proyecto de mujer, del 3×3. Pero, primero, ella tiene que decir si quiere ser candidata. Y luego, si hay más candidatos, que ojalá sean de primer nivel, no me pronunciaré públicamente porque esa será una decisión del baloncesto español.

¿Le da vértigo el cambio o tal vez después de lo que superó la FEB con la pandemia, con la amenaza real que eso fue para su estabilidad, ya lo ha visto casi todo?

Es que a mí me gusta el vértigo. Lo que no me gusta es no tener cosquillas en el estómago. Me gusta tener ese cosquilleo, los nervios. Es mi alimento y me hace funcionar. No me gusta estar en la zona de confort. También sentí hormigueo cuando fui a Treviso, a Málaga a liderar un proyecto, a la NBA, cuando fui al Madrid… Pero es lo que necesito sentir. Y sí lo tengo, sí, porque es un puesto complicado. Me apetece descubrir, quiero conocer en profundidad el baloncesto europeo, cada país, como lo estoy haciendo en campaña. Reunirte con el presidente de Gibraltar, Andorra, los nórdicos, los bálticos. Y te das cuenta de que unir al baloncesto en torno a un proyecto común es apasionante.

¿Cuánta gente le ha animado estos días?

Pues me dan la enhorabuena y yo les digo que antes hay unas elecciones que ganar. Y es un trabajo complicado porque al otro lado hay un candidato bueno (el francés Jean-Pierre Siutat). Muchas federaciones me invitaron y me encorajinaron a que diera el paso. Además, mucha gente de nivel. Y eso es un gran honor. Me ha escrito mucha gente. Venía tiempo barruntando presentarme pero cuando vienen tantas federaciones a dar el paso, pienso que no puedo renunciar a eso. Agradezco muchos mensajes de cariño y gente de la comisión delegada que dicen que me echarán de menos si me acabo yendo… Te sientes bien, con la sensación de que seguro que me he equivocado mucho, pero que me he dejado el alma por el baloncesto.

¿Y ha notado incertidumbre por eso? Usted no ha sido muy presidencialista pero su nombre es el que más pesa en la ejecutiva.

Siempre que hay cambios, pero esta Federación es muy potente y estable. Ahora mismo tengo el mejor equipo de trabajo del mundo; espero decirlo también si llego a FIBA Europa. Pero creo que si tengo una virtud es saber de las personas que me he rodeado. No puedo tener más orgullo.

A todo esto, ¿qué le dice su hija, tan pequeña aún, de todo esto?

“Papá, siempre al teléfono” (risas).

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