La resurrección de los Lakers

Un trabajo coral de los Lakers, liderados por Austin Reaves, se traduce en una victoria esencial para la lucha por el play in. Davis y Russell, esenciales.

Ya están aquí. Parece mentira, pero el momento ha llegado. Hay opciones reales. Los Lakers se imponen a los Suns en un enorme trabajo coral (122-111) y se vuelven a meter en el play incolocándose además a apenas 1,5 partidos del sexto puesto de la Conferencia Oeste. El atasco sigue (ganaron Warriors y Wolves, además de unos Blazers que ya de por sí estaban descolgados), pero ha habido derrotas (Mavs y Jazz, principalmente). ¿Lo bueno? Que los angelinos dependen única y exclusivamente de sí mismos para poder avanzar, emeger, ganar. Para llegar a los playoffs por la vía directa y olvidarse de ese play in tan molesto como cansado, que te obliga a estar unos días extra focalizado y produce un desgaste mental enorme mientras el resto de equipos están descansando y preparando según qué ronda de playoffs. Ese será el objetivo último del equipo de Darvin Ham: el sexto puesto. La primera ronda directa. Y en ello están.

Los Lakers anotaron 70 puntos entre el segundo y el último cuarto, provocaron 17 pérdidas en sus rivales, lanzaron con casi el 56% en tiros de campo y por encima del 47% en triples. Entraron solo 3 arriba (88-85) al último periodo, y a más de 7 minutos iban 99-98, pero consiguieron abrir hueco con la cabeza fría y la muñeca caliente, buenas decisiones y un Austin Reaves fabuloso: 25 puntos, 4 rebotes y 11 asistencias en casi 39 minutos, con 6 de 10 en tiros de campo, un triple en un intento y otra vez muchos tiros libres (12 de 13). Se fue con un +18 en pista y en el último periodo anotó 10 tantos, además de sumar 2 rechaces, 4 pases a canasta y un +8 en los 12 minutos completos. Todo un héroe que lideró a los angelinos a una nueva victoria, la segunda consecutiva previa a un duelo fundamental contra los Thunder en el Crypto Arena.

En los Suns se acusó mucho la baja de DeAndre Ayton, además de la ya conocida de Kevin Durant, que apenas ha jugado 3 partidos con la camiseta del equipo de Arizona. La zona se quedó liberada y permitió muchos puntos de los Lakers, que a pesar del buen porcentaje en triples apenas intentó 17, con muchos puntos desde la zona. Devin Booker se fue a 33 puntos, con 6 rebotes y 5 asistencias, y fue el más destacado de los suyos, faltos de rotación, carentes de recursos. Monty Willuams utilizó 40 minutos a su estrella, pero ni por esas. Chris Paul, cada vez más alejado de lo que en su día fue, consiguió 18+4+4; Torrey Craig se fue a 14, mientras que Landry Shamet logró 15 desde el banquillo. Demasiado poco como para doblegar a un equipo necesitado, con días malos a veces, pero con una plantilla mejor que la de sus rivales cuando la salud les respeta más que a ellos.

El décimo puesto lo comparten ahora los Lakers con los Mavericks, que sufrieron una dura derrota ante los Warriors y se ven relegados al noveno puesto. Jazz y Pelicans se encuentran ahora por detrás. Todo en un puño. Los Suns se colocan cuartos con un 38-34, con 2,5 victorias de ventaja sobre todo el meollo que parecen mucho o demasiado poco. En los Lakers, además de Reaves, destacaron Anthony Davis (27+9+5), D’Angelo Russell (26, con 6 asistencias), y los 13 puntos de Dennis Schröder desde el banquillo. Una buena defensa en momentos concretos y una idea clara que a inicios de temporada y a mediados de la misma ha resultado imposible, impensable, inalcanzable. Pero que ahora es tangible, palpable. Y está a la vuelta de la esquina: 9 partidos por delante. Para el examen final. Para cumplir el objetivo. Para poder conseguir lo que se pensaba que no se podría conseguir. La resurrección de los Lakers.

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