Julen Lopetegui (Asteasu, 1966) cogió en noviembre al colista de la Premier, el Wolverhampton, y en seis meses lo tiene ya ocho puntos por encima del descenso. Atiende a AS.
¿Cómo le va en la Premier?
Bien, peleando. Es una experiencia muy interesante, muy potente. Cogimos al Wolverhampton en una situación compleja, con el campeonato iniciado. Estamos tratando de luchar por conseguir un objetivo que hace cinco meses parecía imposible y que ahora al menos tenemos la posibilidad de lograr. Es difícil, muy difícil. Cada partido es durísimo. Vamos a tener que pelear hasta el final.
Sí, y en la Premier hay un nivel alto. El más alto, sin duda: entrenadores, jugadores… El tipo de interpretación del reglamento hace que se vea un juego diferente. Es una adaptación para todos.
¿Tiene el entrenador más poder que en España?
Tampoco es lo que era. La exigencia es la misma. O ganas o… Cada equipo tiene una estructura respecto a la figura del entrenador. Son diferentes modelos. Pero siempre los hinchas quieren ganar y lograr sus objetivos. Hay que enfocarse para conquistar esos objetivos.
Ha convencido bien a la plantilla, están ya 8 puntos por encima del descenso.
Los jugadores se amoldan a tu estilo y tú tienes que darles respuesta a la exigencia de ganar. En las dos semanas que trabajamos premundial me faltaban muchos jugadores. No había tanto margen. Tratamos de entender a los jugadores, conocerlos mejor, y que ellos entiendan lo que quieres.
Juega con dos puntas, Cunha y Diego Costa, que es un dibujo atípico para usted.
No son dos puntas exactamente, tienen movilidad. A veces hemos jugado con tres centrocampistas porque Nunes entra por dentro y uno de los punta entonces sale por fuera. Hemos tratado de optimizar a los jugadores que tenemos. Todos hemos hecho un ‘half and half’, que se dice aquí: una mitad entre ellos y nosotros.
¿Qué pasa con Raúl Jiménez?
Raúl ha jugado durante muchos partidos. Ojalá hubiéramos tenido su mejor versión, incluso la seguimos persiguiendo porque la ha dado aquí y aún puede darla por edad. Ha tenido un problema físico que le ha condicionado mucho… También tenemos a otros delanteros de características distintas como Hee-Chan, por ejemplo.
Y fichó en enero a Sarabia.
A Pablo lo conocemos, él tenía ganas de venir y probar en la Premier. Tiene experiencia y nos la puede aportar. Está tratando de adaptarse, como es lógico. Tiene una cosa buena, que es que nos conoce. Está intentando integrarse en el estilo y el ritmo. No es fácil.
Han ganado a Chelsea, Tottenham y Liverpool… pero han perdido con Leicester, Leeds, Bournemoth.
En la Premier cada partido es una conquista. Cualquier equipo te puede ganar y tú puedes ganar a cualquiera. Los que nos han ganado son equipazos, de verdad.
¿Qué le dice que haya tantos técnicos españoles en la Premier?
No saco muchas conclusiones. Los españoles tratamos de llegar a la Premier porque es una gran liga, pero no es sencillo. Que estemos seis habla bien de nosotros, pero no marco una línea: el fútbol es universal. Los entrenadores españoles, franceses, alemanes, italianos o de cualquier nacionalidad tenemos muchas similitudes.
Guardiola y Arteta están peleando por el título, buenos ejemplos de calidad en los banquillos.
Aquí un referente, el primero, es Benítez, que hizo temporadas increíbles. La grandeza del fútbol es que hay muchas propuestas para ganar.
¿City y Arsenal, por la forma de jugar, llevan el sello español?
También han variado mucho el estilo, no se crea. Si analizas en profundidad a ambos, están variando muchos. Sobre todo uno de ellos. El trabajo de un entrenador es la búsqueda de la evolución. Hay que potenciar a tu equipo, y más si tienes jugadores para poder hacerlo. Por eso digo que hay que poner en valor a Benítez, que es el primero que llegó y triunfó.
¿Cómo ve el City-Madrid de Champions?
(Risas) Me interesan los Wolves. Bastante trabajo tengo para distraerme en objetivos de los demás.
¿Y del Sevilla qué me dice? Empezó la temporada allí, parece que hace mucho pero no es tanto.
Han pasado seis meses… En su momento ya cerré esa página. El recuerdo es extraordinario, de cariño, de respeto, de agradecimiento. Ahora está en buenas manos, sin duda. El Sevilla siempre está en buenas manos.
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