La capital rojiblanca vibró una vez más con el siempre popular equipo tapatío
Reflejar la grandeza de un equipo ante tu más odiado rival puede ser la hazaña más grande. Chivas no tuvo miedo a citarse con la historia.
Muchos llamaron locos a los aficionados que compararon cada pequeño detalle que coincide con la última vez que el Guadalajara se llevó el campeonato, con lo que viven en la actualidad.
Anoche en el Azteca, la capital rojiblanca vibró una vez más con el siempre popular equipo tapatío. Cuando las cosas parecían más complicadas, Álvaro Fidalgo le abrió la puerta al Rebaño. Fue el Maguito el que perdió la cabeza con una entrada criminal al Nene Beltrán y sirvió de inspiración para un Rebaño que fue más Sagrado que en sus mejores noches.
La diana de Gilberto Orozco Chiquete devolvió a los de la Perla a una disputa por el título con el 1-3 final y 2-3 global.
Coincidencia o no, un técnico extranjero, Veljko Paunovic, y su equipo, jugarán ante Tigres por el trofeo de la Liga MX.
Y es que Chivas supo sufrir desde el inicio del encuentro. Una línea de cinco en el fondo, integrada por Charal Cisneros, Tiba Sepúlveda, Pollo Briseño, Orozco Chiquete y el Piojo Alvarado integró la idea del serbio en búsqueda de apagar a los explosivos extremos americanistas.
La inclusión de Zendejas y Fidalgo fueron una mera conicidencia. Si bien tuvieron las primeras oportunidades, el Rebaño no se vio incómodo con el dominio amarillo. La batalla fue de tú a tú, en un terreno en el que las Águilas parecían beneficiadas, pero la realidad fue otra.
El Piojo Alvarado desprendió desde su zona defensiva, se quitó a tres plumíferos y filtró a la espalda de Cáceres. El uruguayo no vio a Cisneros. Ronaldo atacó el hueco, se quitó a Malagón y tocó ante un desesperado centrar azulcrema tirado. ¡Gol de Chivas!.
El Azteca no creyó lo sucedido, el “¡Chivas, Chivas!” opacó por muchos minutos el cántico local. El inspirado Cisneros escapó por la derecha y si no es porque Alvarado arrancó tarde, el segundo le hubiera caído al ave.
América se fue al descanso con ideas confusas. Los múltiples golpes a Valdés sólo preocuparon al Tano Ortiz. Las Águilas revolotearon el área con sus hombres más talentosos.
Fidalgo la dejó en la cabeza de Valdés y el andino igualó la contienda.
A Chivas le faltaba una chispa que lo hiciera creer en el milagro. Fidalgo prendió a Beltrán en una amarilla para el juez, aunque se transformó en roja tras la revisión del VAR.
Con uno más, el corazón tapatío palpitó como en sus grandes tardes. Un golazo de Cisneros fue anulado por el videoarbitraje, pero la esperanza nunca murió.
Mozo, entrado para el complemento, aprovechó que quedó solito en un balón parado. Su impacto fue potente y dejó a Malagón sin chance de atajar.
A Guadalajara le hacía falta uno y mientras el dos veces mundialista apoyaba al visitante, la cabeza de Orozco Chiquete fue la encargada de llevar a Chivas a la siguiente ronda.
Fernando Ortiz firmó su fracaso con cambios desesperados. Roger Martínez y Pedro Aquino quedaron opacados con las ganas de un club tapatío que luchó hasta el final y se llevó todo el botín.
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