El equipo de la UANL llegó de madrugada a Nuevo León y de inmediato fueron vitoreados por toda la ciudad por sus fieles fanáticos.
La octava estrella que Tigres bordó en Guadalajara no podía dejar de festejarse en forma grande y frente a su fiel hinchada. No importaba la hora, ese encuentro entre afición y equipo de la U de Nuevo León se tenía que dar a toda costa.
Pasadas de las cuatro de la mañana, los Felinos aterrizaron a la Sultana del Norte y de inmediato se dirigieron al Estadio Universitario, su casa de toda la vida y en donde ya los esperaban más de 10 mil hinchas.
Aunque el horario no ayudaba en nada, la afición auriazul seguía con toda la fiesta en su máximo apogeo y más cuando comenzaron a desfilar sus ídolos. “El Dale, Dale, Dale Campeón”, retumbó en el apodado Volcán para darle paso a la llegada de los futbolistas, quienes ya se encontraban en el terreno de juego junto a sus familias.
Nahuel Guzmán fue el único jugador que tomó el micrófono para agradecer a la gente que se desveló con ellos y qué nunca los ha dejado de alentar. En el festejo de Tigres se acordaron de Rayados, el acérrimo rival al cantarles estrofas hirientes y que suelen aparecer en los Clásicos Regios.
“Poropo, Poropo, el que no salte es Rayado Mar…” y “Un minuto de silencio a Rayados que está muerto”. De los más aplaudidos por la gente fue Sebastián Córdova, Nahuel Guzmán, André-Pierre Gignac y el técnico Robert Dante Siboldi.
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