La Federación Mexicana de Fútbol presentó a Duilio Davino y Andrés Lillini, nuevos directores de selecciones nacionales (varonil mayor y menores). Ambos explicaron sus planes.
La reingeniería de la Federación Mexicana de Fútbol continúa. El organismo introdujo oficialmente a Duilio Davino, director de la Selección Mayor Varonil, y Andrés Lillini, director de Selecciones Nacionales Menores. En conferencia de prensa, ambos personajes desarrollaron sus ideas para potenciar al fútbol mexicano desde sus nuevas posiciones. El principal objetivo deportivo de la gestión 2023-2026 que recién arranca en la FMF es, en palabras de Davino, que la Copa del Mundo de 2026 sea la mejor de la historia para la Selección Mexicana.
“La Selección es de todos. Necesitamos estar más cerca de los clubes. Tenemos que viajar a ver partidos. Tenemos que saber qué hacen nuestros jugadores en clubes, escuchar a la gente, a la prensa. No tenemos la verdad. Este plan es de mucha gente. Lo que me toca es hacer que se lleve acabo de aquí al Mundial. El objetivo es que México tenga el mejor Mundial de su historia en 2026. Vendrán momentos buenos y malos, esperemos que los malos sean los menos”, aseguró Davino, exdirectivo de Monterrey y seleccionado nacional en Francia ‘98. “En las crisis hay oportunidades. Ha arrancado Diego demostrando que puede manejar a la Selección. México debe aspirar a ganar los torneos, sobre todo los de su área. Es un buen reto, nos toca tener dos torneos rápidos. Tenemos que construir un equipo pensando en el Mundial de 2026 y, a la vez, ganando partidos y torneos”, abonó sobre la presión inmediata para sobresalir en Nations League y Copa Oro, torneos cuyos resultados definirán el resto del proceso.
Lillini, exentrenador de Necaxa y Pumas, presentó el organigrama de entrenadores de todas las selecciones menores: Gerardo Espinoza (Sub 23), Raúl Chabrand (Sub 20), Alex Diego (Sub 18), Carlos Cariño (Sub 17) y José Antonio ‘Gringo’ Castro (Sub 15). Por ahora, el puesto de la Sub 16 permanece vacante. “En las fuerzas básicas de los clubes se trabaja de manera muy buena y tengo que aprovechar eso. Seguir haciendo las cosas que se hacen bien, que son varias, muchas de ellas de procesos anteriores, y sumar lo que está a nuestro alcance. Nuestra formación de Sub 15 a Sub 23 debe ser algo de élite. Que estén representados en cada convocatoria los mejores jugadores del fútbol mexicano en sus clubes. Que no nos falte ningún análisis y seguimiento a cada uno de los jugadores”, expuso Lillini.
Un estilo de juego para todas las Selecciones
El formador argentino, con basta experiencia en canteras del fútbol mexicano desde 2001, detalló que la línea de su proyecto es generar una identidad de juego en común que atraviese a todas las Selecciones Mexicanas. Un modelo que será único desde la Sub 15 hasta la Sub 23, siempre en consonancia con el combinado mayor y sus necesidades: “Equipos dinámicos, que esos parámetros sean uno solo, no podemos estar midiendo otras cosas. Equipos flexibles, que puedan adaptarse a varios sistemas como saber jugar en línea de cinco y de cuatro. Y, principalmente, tener mentalidad ganadora. La intensidad es lo que marca esa situación. Tenemos que ser dinámicos para cuando no nos alcance el talento. Necesitamos crear una identidad de jugadores con hambre, de dientes apretados”. Ares de Parga, director de ejecutivo de Selecciones Nacionales, abonó sobre la homogenización del estilo de juego: “Todos los equipos y entrenadores estarán aquí (en el Centro de Alto Rendimiento de la FMF). Tenemos que lograr que el jugador mexicano entienda que vamos hacer un prototipo de jugador y de cómo queremos que juegue la Selección nacional”.
Lillini ya tiene un esquema de trabajo para los próximos meses. Primero, el Torneo de Toulón, cuya plantilla estará conformada por jugadores mexicanos en Liga MX y en el extranjero con edad Sub 23. En paralelo, otro conjunto Sub 23 enfrentará dos amistosos en Europa: contra España (13 de junio) y Francia (16 de junio); la base de este equipo disputará los Juegos Centroamericanos (que inician el 23 de junio) y los Juegos Panamericanos (en octubre). La meta es foguear a la llamada ‘generación perdida’: un puñado de futbolistas que no pudieron clasificar a los Juegos Olímpicos de París y al Mundial Sub 20 de Argentina. “No queremos perder la dinámica de esos chavos. Algunos de ellos participarán, si así lo desea Diego Cocca, en 2026. Por eso van a tener constante competencia internacional. Nos planteamos que más de la mitad de los jugadores de 2030 tengan el proceso de formación completo en selecciones menores”, precisó Lillini.
Dejar una contestacion