La preferencia pública de los dos a jugar por la derecha, y la renuncia de Xavi a jugar con los dos en el once obligará a los azulgrana a vender a uno de los dos este verano.
El Barça, pues, tiene a Ousmane Dembélé recién renovado hasta 2024; y a Raphinha, que ha firmado un contrato hasta junio de 2027, pero sólo le cabe uno en la banda derecha. La situación no será sostenible por mucho tiempo y, a final de temporada, el club deberá tomar una decisión y vender a uno de los dos jugadores. Xavi siempre ha sido partidario de Dembélé. Laporta se empeñó en que el jugador representado por su amigo Deco firmase este verano, así que es fácil ver un conflicto en el horizonte.
Dembélé y Raphinha llegan de Qatar con la flecha hacia abajo. El francés volvió a resultar decepcionante en los grandes partidos y además quedó señalado en la final, en la que Deschamps lo sustituyó antes del descanso. Lastrado o no por los problemas físicos que sufrió en general toda la selección bleu, se esperaba un poco más de él. De los jugadores de la parte de arriba (Griezmann, Giroud, Mbappé) fue de los que peor funcionó y hasta Coman en los pocos ratos que jugó o Kolo Muani destacaron más. Al brasileño no le ha ido mucho mejor. Empezó brillante, con un buen partido contra Suiza. Pero luego tampoco ha estado descollante y acabó formando parte de la tremenda decepción de Brasil.
Para Xavi, Dembélé ha sido imprescindible en el inicio de temporada. Ha jugado 20 partidos (1.289 minutos). Raphinha, sin embargo, apenas ha llegado a 865′ porque ha sido uno de los jugadores más sustituidos por Xavi. Y, atención, porque escondido detrás de su golazo en Pamplona, quedó el detalle de sus últimas cinco suplencias en LaLiga. Sólo jugó 88 minutos. Claro que el asunto tiene su explicación, porque si Dembélé es intocable para Xavi, el brasileño se puede encontrar este escenario mucho de aquí a que termine la temporada salvo que le demuestre con hechos a Xavi (la asistencia a Lewandowski en Mestalla, el cabezazo en El Sadar) que está equivocado. Y en verano, y salvo sorpresa, sólo quedará uno.
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