El club perico ha presentado una denuncia ante la Federación por la alineación indebida de Lewandowski en el Barcelona-Espanyol, de la que alertó a Mateu Lahoz antes del partido.
Avisó el Espanyol, cuando se quejó públicamente de la cautelar concedida por la justicia ordinaria a Robert Lewandowki, de que iría hasta el final. Y, aunque arrancó un celebrado empate en el derbi de Nochevieja ante el Barcelona (1-1), en el Camp Nou, efectivamente pretende llegar el club perico hasta las últimas consecuencias. Es por ello que este lunes ha presentado un escrito de denuncia ante la Federación Española (RFEF) para impugnar el partido ante el Barça.
El motivo, según las razones del Espanyol, es la presunta alineación indebida de Lewandowski, que debía cumplir tres partidos de sanción por su expulsión la jornada anterior frente a Osasuna. Siguiendo su modus operandi, la entidad perica advirtió “de buena fe” a Antonio Mateu Lahoz antes del encuentro de la titularidad del delantero polaco, en lo que fuentes del club consultadas por AS consideran un agravio claro no solo al Espanyol sino a la competición, porque la actuación de la justicia ordinaria en un asunto deportivo pone en riesgo el paradigma actual, toda vez que perjudica su desarrollo. En otras palabras, el “daño irreparable” al Barcelona que justificaba su cautelar supone un “daño irreparable” a los rivales de Lewandowski y a la competición misma.
Sostiene el Espanyol, según estas fuentes, que su reclamación por alineación indebida no debe entenderse como un ataque al Barcelona, que está en su derecho de emplear los mecanismos a su alcance para defender sus legítimos intereses, pero esgrime que el club perico también emplea los que están a su alcance. Y que hubiera llegado a esta determinación fuera cual fuera el resultado, pues era lo coherente con su postura desde el momento en que apareció la cautelar sobre Lewandowski.
Ahora deberá pronunciarse la Federación, que mediante su Comité de Competición se reunió de urgencia la misma mañana del 31 de diciembre, dado que el partido se disputaba a las dos de la tarde, y decidió inhibirse en una cuestión que le trascendía, pues la suspensión de la sanción la había determinado el Tribunal Contencioso Central de Madrid y no un organismo deportivo.
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