Al Attiyah rectifica: “Va a ser entre Sainz y yo”

Una segunda jornada repleta de piedras ha roto la carrera y descartado al que Nasser consideraba su gran rival, un Loeb que tendrá “difícil recuperar una hora”.

Donde dijo Loeb, ahora Al Attiyah dice Sainz. El comienzo de esta 45ª edición del Dakar ha arrancado de una manera muy similar al anterior, aunque el desencadenante ha sido bastante diferente. Lo que entonces quitó el roadbook, ahora se ha encargado de tumbarlo un recorrido repleto de piedras en donde, tan solo dos de los grandes favoritos al Touareg, han sido capaces de sobrevivir. De nuevo el de Toyota estaba entre ellos pero en esta ocasión, el otro superviviente ha sido un Carlos que después de su primer triunfo ha aguantado el tipo en un segundo día donde todos coinciden: está entre los más complejos que recuerdan.

Antes de descubrir lo que deparaban estos 430 kilómetros, de partida Nasser ya tenía un papel importante pues en la primera jornada cometieron “pequeños errores” que le hicieron perder seis minutos. Salieron al ataque para intentar “recuperar el problema” pero después de un pinchazo, bajaron el ritmo para volver a pasar al ataque en la parte final: “Fui un poco (más cuidadoso), pero he apretado en los últimos cien kilómetros” que le dieron el triunfo. “No ha sido una etapa fácil, pero estoy contento”, cuenta el de Toyota, sobre cómo ha concluido una jornada donde era mucho más lo que se podía perder. Sin embargo salió ganando.

La mala fortuna para el qatarí es que no fue el único, ya que Sainz se mantiene al frente de una general en la que la lucha por el Touareg “parece que será entre Carlos y yo”. Llegó la rectificación de un piloto que marcó a Loeb como su único rival para esta edición, hasta que los pinchazos le han hecho rendirse a la evidencia. El francés ha cedido más de una hora por culpa de tres pinchazos y ese tiempo “es difícil de recuperar”. El propio Nasser recuerda la polémica del roadbook para poner de ejemplo la dificultad que entraña recuperar ese tiempo por muchos riesgos que se tomen, en una carrera donde a partir de ahora a partir de ahora no sabrán qué pasará. De partida la tercera etapa está en el aire, “quizás comencemos a mitad”, por culpa de una lluvia que puede anular parte de los 470 km del recorrido.

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